Pese a las duras críticas recibidas por diversos sectores del país como la iglesia, el Gobierno de Reino Unido, liderado por el primer ministro, David Cameron, puso en marcha, a partir de ayer los recortes sociales más duros que se han visto en la historia del país y que, según sus detractores, afecta a los sectores más vulnerables de la sociedad.
Los ajustes implementados por el Ejecutivo incluye la rebaja en 14 por ciento de la ayuda de vivienda y de discapacidad, lo que perjudicaría a unos 600 mil ciudadanos.
Además, se prevé la asignación a los médicos de cabecera de Inglaterra de los presupuestos estatales de salud, lo que se percibe como una privatización solapada del sector.
Sumado a esto, también establece, por primera vez en la historia del país, que a partir de ahora los más pobres paguen los impuestos municipales.
Tras el establecimiento de estas disposiciones, representantes gubernamentales como el ministro de Trabajo y Pensiones, Iain Duncan Smith, y el de Economía, George Osborne, consideraron que las medidas eran justas puesto que incentivan el trabajo en vez de la dependencia social.
Mientras tanto, el portavoz de Trabajo del Partido Laborista, Liam Byrne, señaló que con estos recortes "tenemos millonarios que ven sus impuestos reducirse en 150 mil dólares al año y el resto que deja de percibir créditos impositivos. Creemos que la estrategia detrás de esta reforma es simplemente injusta".
''Las familias de Gran Bretaña serán hasta mil 355 dólares más pobres que el año pasado como consecuencia de las medidas aplicadas'', dijo.
La Unión Bautista del Reino Unido, la Iglesia Metodista, las Iglesias Unidas Reformadas y la Iglesia de Escocia denunciaron que estos recortes sólo afectan a los más pobres.
Sobre esto, un representante de la Iglesia Metodista, Paul Morrison, consideró que "el público cree que la principal causa de pobreza es la vagancia, pero la mayoría de la gente que padece pobreza, trabaja"
Prensa yvke
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