Toque de queda, patente de corso
Ese martes, 28 de febrero, CAP decretó el estado de emergencia previsto en el artículo 240 de la Constitución de 1961. Durante 10 días estuvieron suspendidos los derechos a la libertad y seguridad personal, a la inviolabilidad del hogar doméstico, a transitar libremente por el territorio nacional, a la libertad de expresión, a reunirse en público y a manifestar pacíficamente.
Los venezolanos que vivieron esa situación saben el absoluto estado de indefensión que significa la suspensión de las garantías civiles, algo que nunca ha pasado en los 14 años de revolución bolivariana, pese a un golpe de Estado, un sabotaje de la industria petrolera, guarimbas y la toma de plaza Altamira, entre otras estrategias desestabilizadoras.
Se activó el toque de queda desde las 6:00 p.m. Quien debía salir luego de esta hora tenía que poseer un salvoconducto. Durante los seis días que duró este toque de queda el pueblo fue perseguido y masacrado, los cadáveres fueron desechados en nichos del Cementerio General del Sur. Aún se desconoce la cifra real de víctimas.
El ejemplo que Caracas dio
Venezuela, siempre marcando el rumbo de la emancipación, vivió con más de una década de anticipación la revuelta que también se dio en otras naciones de América Latina como Argentina, Bolivia y Ecuador: la sublevación de los pueblos a la opresión, a la explotación, al hambre, al abandono; todas expresiones del capitalismo, actualmente en una crisis terminal, que en el 2010 vivieron otros países del mundo como Estados Unidos, Túnez, Egipto, Bahrein y Yemen y que en la actualidad arrastra a pueblos europeos entre los que destacan los españoles, los italianos, y los portugueses. Quienes analizan lo contrario pretenden ignorar la historia e insultan a los venezolanos y al mundo
En febrero y los primeros días de marzo de 1989, Caracas dio el ejemplo de sublevación. La represión del gobierno de CAP sólo postergó la legítima aspiración popular de cambiar su dura realidad. Los opresores volvieron a ser sorprendidos tres años más tarde, también en febrero, por la rebelión de los jóvenes militares liderados por el comandante Hugo Chávez Frías.
El 27 de febrero de 1989
“El Sacudón”, “El Caracazo”, así se han calificado los acontecimientos de esa fecha que marcó nuestra historia política, social y militar. Fuimos testigos ese febrero de 1989 de un espectáculo asombroso que oscilaba entre la barbarie y la libertad. Un gobierno recién electo que implementó medidas llamadas de “impacto social”, etiquetadas como “el paquetazo”, arrodillándose ante el Fondo Monetario Internacional para imponer su recetario: elevar los precios de la gasolina, las tarifas de transporte y de luz eléctrica, privatizar servicios públicos como la salud y educación, eliminar los subsidios y cualquier plan social, además de todas las empresas básicas, saquear nuestros recursos y quebrar nuestras instituciones para apoderarse de ellas –como ocurrió con Cantv y Viasa–, eliminar las pensiones y desmantelar el Seguro Social.
De forma traumática, violenta, arbitraria y antipopular, la burguesía y sus tecnócratas del mercado (IESA BOYS), con sus empresarios graduados en gringolandia (CHICAGO BOYS) implementan los “ajustes”, creando una “explosión” popular. Las multitudes salen a las calles y avenidas en protesta por las medidas. Se saquean comercios, supermercados, licorerías, carnicerías, tiendas de electrodomésticos. Personas corren con diversos objetos a cuestas mientras son perseguidos por la policía –primero– y luego por las “Fuerzas Armadas”. Las llamadas “tres C” de la guardia pretoriana de Betancourt daban lo mejor de sí para cumplir con el lema “caña, cuchara y cobre”.
Se podía contemplar todo ello por televisión y en vivo y directo; los medios se encadenaron con las imágenes mientras anunciaban actos iguales, de la misma efervescencia en Valencia, La Victoria, Maracay y Guarenas, generando más motivación a la insurrección popular y, por ende, más represión.
Cientos de heridos y muertos a lo largo de las ciudades eran escondidos y sumariados por la Dirección de Inteligencia Militar del momento. En las investigaciones se verificó que la suspensión de garantías permitió y facilitó la represión más bestial del mundo, mientras el ministro de Interior no pudo asumir el control del país y mientras Ítalo del Valle Alliegro, con su sonrisa de Mona Lisa, anunciaba más autoritarismo, militarismo, terrorismo y salvajismo, todo para sustentar el Pacto de Punto Fijo, ya desgastado en su propuesta de lucha contra la dictadura heredada del positivismo y colonialismo de los siglos XIX y XX.
Las instrucciones que recibimos algunos para detener la lujuria criminal a través de una rebelión militar en armas (específicamente en la Brigada Blindada de Valencia) para defender los millones de ciudadanos que eran víctimas de aquel cruento y despiadado acto, no pudieron realizarse porque no estaban dadas las condiciones militares, políticas ni sociales.
Los gringos desplegaron su artillería y acción del control político y económico en su colonia y patio trasero, respaldando y teledireccionando al Fondo Monetario Internacional en su saqueo nacional. Millones de dólares entregados en créditos de armas antimotines son enviados en aviones norteamericanos desde EEUU; especialistas en inteligencia y en operaciones psicológicas llegan al país desde el norte para entrenar y preparar, para garantizar su control político.
La ruptura y la rebelión se evidencian ante tan desquiciado gobernante, empecinado en continuar aplicando las medidas con mayor contundencia y eficacia; se concreta un proceso de resistencia política a esas medidas explotadoras y colonialistas. Un pueblo que cada día se ve más miserable, los estudiantes luchando y protestando ante la privatización de su escolaridad, los médicos sin material para atender a los enfermos, los militares patriotas asumiendo la rebelión ante la eventual eliminación de las “Fuerzas Armadas”.
Todo esto generaría la respuesta en armas populares irrumpiendo en el sistema político adeco el glorioso 4 de febrero de 1992. El principio de democracia participativa y democrática, de independencia y libertad recorre cuarteles, universidades, hogares. Estremece el sonido de las cacerolas del pueblo, protestas de millones de estudiantes y un cuestionamiento a los jefes militares mercenarios, cobardes, traidores, vendepatria, corruptos, empresarios chulos y parasitarios que saquean día a día porque son inválidos, incapaces de producir sino que revenden y comercializan con usura. Ineptos académicos gringos criollos que descalifican y atacan la cultura, la nacionalidad, la independencia y libertad.
La burguesía y el imperio aprendieron que nuestro febrero caliente representa el mito de la rebelión popular frente a las condiciones sociales de miseria y explotación, por ello conspiran, motivan, engañan a través de sus medios de comunicación con el objeto de generar la desesperación necesaria para que “explote” el pueblo. Ellos desaparecen los inventarios de alimentos creando desabastecimiento, aumentan los precios de los productos, claman por el aumento de la gasolina, crean nerviosismo para compras innecesarias, multiplican las imágenes y noticias negativas con el objeto de generar zozobra.
La respusta de los chavistas –en millones– es enfrentar esta conspiración sin desespero ni saqueos, están cuidando su Pdval. Ante la criminal campaña de terror contra la salud del presidente Chávez, entregan oraciones, fe, esperanza y espiritualidad; ante el saqueo y el chuleo de los dólares reducen su dependencia de la moneda extranjera; la unión cívico militar en la defensa de la patria condena a criminales corruptos e ineptos infiltrados en el Gobierno revolucionario. Esta es la respuesta popular revolucionaria, bolivariana. Este es nuestro 4 de Febrero de todos los días.
El 27F también fue la rebelión del pueblo contra un modelo policial represivo
La rebelión popular del 27 de febrero de 1989 también representó un alzamiento del pueblo contra un modelo policial fundado en la lógica de la represión, la persecución y la desaparición de personas, expresó este miércoles el secretario técnico de la Gran Misión A Toda Vida Venezuela, Pablo Fernández.
“Los cuerpos policiales de hace 24 años eran el brazo armado de los políticos de turno y actuaban ajenos a las necesidades reales de lo que debe ser el servicio de la policía con el pueblo”, sostuvo Fernández, durante una entrevista en La Noticia, que transmite Venezolana de Televisión.
Recalcó que los policías son el pueblo uniformado pero ese no era el concepto que se les enseñaba en la Escuela de las Américas de Estados Unidos. Tal como recordó Fernández, la referida escuela era el centro de formación de funcionarios de la policía venezolana, entrenados para reprimir, torturar y perseguir a luchadores sociales.
24 años después, destacó Fernández, el concepto policial en el país “ha dado un quiebre para mejor. Estamos construyendo un modelo policial coherente con el nuevo modelo de país. Socialista, plenamente humanista, incluyente, donde no hay cabida para la violación de derechos humanos”.
Informó que desde 2006, cuando fue creada la Comisión Nacional para la reforma policial, el elemento principal a considerar fue la aplicación de medidas estructurales y de raíz, que impidieran un nuevo 27 de febrero.
“Hechos como esos eran habituales durante gobiernos de la cuarta República y Venezuela se prometió no volver a vivir por momentos oprobiosos como los que tuvimos en el pasado y que signaron un cambio en el modelo policial que la sociedad requiere”, expresó el también secretario técnico de la Comisión Presidencial para el Desarme.
Al respecto, ratificó que la renovación, modernización, formación humanista y transformación de los cuerpos policiales del país busca ofrecer un servicio de prevención y no de represión, de respeto y no para mancillar la dignidad del pueblo de Venezuela.
Sanguino: Los medios de comunicación nunca difundieron la represión que hubo el 27F
Los medios de comunicación nunca informaron de la represión de las fuerzas públicas del gobierno de Carlos Andrés Pérez al pueblo durante el llamado Caracazo, recordó este miércoles el presidente de la Comisión Permanente de Finanzas y Desarrollo Económico de la Asamblea Nacional, diputado Ricardo Sanguino.
“Cuando el pueblo bajó, los medios de comunicación nunca difundieron la represión de las fuerzas armadas que sostenían a la cuarta República”, expresó al ser entrevistado en el programa Toda Venezuela, transmitido por Venezolana de Televisión.
Recordó que durante el gobierno de Carlos Andrés Pérez se desató una descomunal corrupción, se vino la debacle de la economía “e ilusionó al pueblo de que se iba a recuperar ese momento, pero fue todo lo contrario, fue un farsante”.
El 27 y 28 de febrero de 1989 se dio en Caracas una rebelión popular contra las medidas económicas neoliberales decretadas por el entonces presidente de la República, Carlos Andrés Pérez, que estaban subordinadas a los intereses del Fondo Monetario Internacional (FMI).
Ante el reclamo de una ciudadanía que no aceptaba subordinarse económicamente a los oligopolios internacionales, Carlos Andrés Pérez ordenó una fuerte represión armada, que terminó en asesinatos y desapariciones.
Gobiernos de la IV atentaron contra los DDHH
El diputado Ricardo Sanguino recordó que desde el inicio del mandato del presidente Rómulo Betancourt en 1.958 hasta 1.999, todos los gobiernos fueron represivos y atentaron contra los derechos humanos de los ciudadanos.
Dijo que una de las prácticas comunes de los mandatarios de la cuarta República era la desaparición y la tortura a los estudiantes por parte de los cuerpos policiales de aquella época.
“Ese era el ejercicio de los derechos humanos en la cuarta República, afortunadamente hubo una persona, como José Vicente Rangel que desde el Congreso Nacional defendía y denunciaba estos hechos”, manifestó.
Contrastó esta situación con la realidad que actualmente se vive en el país, donde existe un Gobierno que respeta los derechos humanos del pueblo venezolano
“Totalmente distinto en la quinta República, en nuestra Constitución suficientemente conocida, se establecen los derechos humanos. Aquí nadie puede acusar al gobierno revolucionario del presidente Hugo Chávez Frías de que se reprime al pueblo y no se le reconocen sus derechos humanos”, agregó.
El ejemplo que Caracas dio
Venezuela, siempre marcando el rumbo de la emancipación, vivió con más de una década de anticipación la revuelta que también se dio en otras naciones de América Latina como Argentina, Bolivia y Ecuador: la sublevación de los pueblos a la opresión, a la explotación, al hambre, al abandono; todas expresiones del capitalismo, actualmente en una crisis terminal, que en el 2010 vivieron otros países del mundo como Estados Unidos, Túnez, Egipto, Bahrein y Yemen y que en la actualidad arrastra a pueblos europeos entre los que destacan los españoles, los italianos, y los portugueses. Quienes analizan lo contrario pretenden ignorar la historia e insultan a los venezolanos y al mundo
En febrero y los primeros días de marzo de 1989, Caracas dio el ejemplo de sublevación. La represión del gobierno de CAP sólo postergó la legítima aspiración popular de cambiar su dura realidad. Los opresores volvieron a ser sorprendidos tres años más tarde, también en febrero, por la rebelión de los jóvenes militares liderados por el comandante Hugo Chávez Frías.
Una nueva rebelión militar, en noviembre de 1992, el enjuiciamiento de Pérez por corrupto, un gobierno de transición y la mala gestión de quien supo montarse en la ola de la rebelión de Chávez, Rafael Caldera, siguieron abriendo el camino hacia la refundación de la República y estos 14 años de Gobierno Bolivariano.
Revolución Garantista
El gobierno de Carlos Andrés Pérez informó que los muertos entre el 27F y los primeros días de marzo de 1989 fueron 276, mentira develada con el hallazgo de por lo menos 70 cadáveres más sepultados en fosas comunes cavadas en el sector La Peste del Cementerio General del Sur. Nada concreto se anunció sobre el número de desaparecidos o de heridos.
El escándalo obligó al régimen de CAP a comprometerse a indemnizar a los familiares, algo que por supuesto no cumplió.
Todavía hoy no hay cifras definitivas de las muertes ocurridas durante el 27 y 28 de febrero y los primeros tres días del mes de marzo. Algunas organizaciones no gubernamentales hablaron de dos mil y hasta tres mil muertos.
Fue el Gobierno Bolivariano, poco tiempo después de instalarse, el que inició una investigación seria sobre la masacre. Habían pasado 11 años y tres gobiernos sin que nada se hiciera.
Garante del respeto a los derechos fundamentales, el Estado revolucionario acató un fallo de la Corte Interamericana de los Derechos Humanos e indemnizó a los familiares de 45 personas asesinadas durante la revuelta social, representadas por Cofavic. Y pese a que todo ocurrió mucho antes de su mandato, en el 2006, el Gobierno del presidente Hugo Chávez, admitió la responsabilidad del Estado venezolano por lo que anunció mecanismos, evaluados bajo la coordinación de la Vicepresidencia, para indemnizar a los familiares de las víctimas que no tuvieron acceso a la Corte Interamericana.
La investigación de los sucesos de 1989 ya cuenta con cinco acusados, todos funcionarios del gobierno de CAP: Italo del Valle Alliegro (Ministro de la Defensa); Manuel Heinz Azpúrua (Jefe del Comando Estratégico del Ejército y Comandante de Operaciones del Plan Ávila), José Rafael León Orsini (Director de la PM), Freddy Maya Cardona (comandante del Core 5 de la GN), y Luis Fuentes Serra (segundo comandante de la PM).
El Ministerio Público los acusó a todos por el delito de homicidio intencional en grado de complicidad necesaria y por el de quebrantamiento de pactos y convenios internacionales, debido a su presunta participación en la muerte de las 71 víctimas hasta ahora reconocidas. Heinz Azpúrua falleció el año pasado, por tal motivo debe dictarse un sobreseimiento de la causa.
En el caso del ex gobernador del entonces Distrito Federal, Virgilio Ávila Vivas, está acusado por la presunta comisión de los delitos de homicidio intencional, en grado de complicidad correspectiva, y quebrantamiento de pactos y convenios internacionales. Se espera concretar la fecha para la realización de la audiencia preliminar en las próximas semanas.