martes, 27 de noviembre de 2012

Injusticias sociales motivaron rebelión cívico militar del 27 de noviembre


El 27 de noviembre de 1992, 93 militares despegaron en el avión Hércules C-130, siglas 2716, desde la Base Aérea El Libertador, en Palo Negro, estado Aragua, en una acción que consideraban necesaria para cambiar el rumbo y la historia del país.

Se trató de la rebelión cívico militar del 27-N, otro de los movimientos que se desencadenó a raíz de los sucesos del Caracazo, registrados el 27 y 28 de febrero de 1989, cuando el gobierno de Carlos Andrés Pérez reprimió y masacró al pueblo que salió a las calles, cansado de la crisis económica de la época.

Este movimiento estuvo liderado por hombres y mujeres de la entonces Fuerza Aérea Venezolana, en lo que fue el segundo alzamiento militar de 1992, luego de la asonada del 4 de febrero.

Entre el sacerdocio y la rebelión

Quienes participaron en esta gesta fueron perseguidos por los organismos de inteligencia del Estado en los años 90. Tal es el caso de Leonardo Lucero Lyutenko, uno de los combatientes del 27N, sacerdote a quien trataron de obligar a revelar el secreto de confesión de sus compañeros involucrados en la asonada militar.

Hace 20 años era capitán de la Fuerza Aérea y participó en la rebelión junto al comandante Luis Reyes Reyes, Wilmar Castro Soteldo, Arroyo Mejías y el general Visconti.

En ese momento, siendo militar activo, cursaba estudios en el seminario para ser sacerdote. Esta experiencia le permitió conocer de cerca la realidad del pueblo venezolano.

"Ver cómo se moría la gente en el (Hospital) Anticanceroso, por falta de medicinas, y la miseria que se vivía en barriadas me inspiró a ser parte de ese grupo de jóvenes militares que se alzó contra la políticas neoliberales de la cuarta república", reflexionó.

Recuerda que una de las últimas reuniones, previas a la rebelión, se hizo en el seminario de San José, en El Hatillo, en Baruta, estado Miranda, el 24 de noviembre de 1992.

En esa reunión se tomaron decisiones sobre el alzamiento cívico militar, motivado por las injusticias sociales.

Muchos de sus compañeros se confesaron con Lucero sobre la participación en la rebelión, razón por la cual él y su familia fueron perseguidos por los cuerpos policiales de ese entonces, para que revelara el secreto de confesión de los combatientes del 27N.

"En aquel momento participé en el movimiento militar por la injusticia que reinaba en el país. Por ser militar estoy consagrado a la Patria y por ser sacerdote estoy consagrado al pueblo de Dios, que en el Caracazo fue reprimido y masacrado", contó.

Lucero Lyutenko confiesa que su participación en esta rebelión estuvo inspirada en Santa Juana de Arco, quien luchó por la independencia de Francia.

"La injusticia económica y social que imperaba en Venezuela en la década de 1990 estaba marcada por un capitalismo en el que imperaba el valor monetario, por encima del ser humano", expresó.

Considera que la realidad de Venezuela hace 20 años es la misma que viven ahora los países de Europa, sacudidos por una fuerte crisis económica, similar a la que provocó el estadillido social del Caracazo.

"La brecha entre la Venezuela de hace 20 años y la de hoy es enorme, producto de las medidas humanas y sociales tomadas por el comandante presidente, Hugo Chávez, a partir de 1999, pensando en el hombre y no en una macro economía", refirió.

El coronel Lucero considera que el paquetazo de la cuarta república fue detenido por el Caracazo en 1989, seguido del 4 de febrero y el 27 de noviembre de 1992, "por eso Venezuela es ejemplo en el mundo porque surgió una revolución de conciencia, en la que el pueblo asumió su rol protagónico en la historia".

Trataron de neutralizar la acción

Otro combatientes del 27 de noviembre fue el coronel Hernán David García Perozo, actual comandante del Grupo Aéreo de Transporte Nº 6.

En 1992, con el grado de subteniente y 21 años de edad, participó en la gesta del 27N, que describe como el alzamiento de los jóvenes militares de la Fuerza Armada que se cansaron de tanto atropello contra el pueblo.

"El Caracazo fue el detonante de esta acción. Ya en los cuarteles estábamos conscientes de que no se podía repetir una represión como la del 27 de febrero de 1989, cuando la Fuerza Armada arremetió contra el pueblo por órdenes del gobierno de turno", expresó.

Tras el fallido intento del 27N alzó el vuelo en el C-130 2716, junto a 93 compañeros militares, a la República de Perú, aterrizaron en el departamento de Loreto y posteriormente fueron trasladados a la capital peruana.

En esa nación vivieron exiliados durante 16 meses. El 27 de marzo de 1994 García Perozo regresó a Venezuela y fue reincorporado a la Fuerza Aérea, en un proceso de reinserción de oficiales subalternos que participaron en el movimiento cívico militar.

"Fuimos incorporados a la aviación militar bajo ciertas restricciones. La mayoría fue asignado a cargos logísticos en el Ministerio de la Defensa. No teníamos comando de personal ni se nos permitía acercarnos a las unidades aéreas", comenta García.

Al igual que a sus compañeros, en la cuarta república trataron de neutralizarlo por su participación en la gesta de la aviación. "En 1999, cuando asume la Presidencia el comandante Hugo Chávez, finalizó la persecución y volvimos a las unidades aéreas de origen".

Prensa AVN
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Ubicacion: Cedeño, Venezuela

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