martes, 27 de noviembre de 2012

"Con sólo cuatro soldados fuimos a rescatar a Chávez el 27-N"


La cárcel de Yare fue uno de los espacios en los cuales dejó su marca la rebelión cívico militar del 27 de noviembre de 1992. Ese día, un pequeño grupo de soldados tenía la tarea de rescatar a Hugo Chávez de su encierro en el reclusorio ubicado en el estado Miranda, donde permanecía desde el 4 de febrero, cuando los venezolanos se alzaron contra las acciones neoliberales del segundo mandato de Carlos Andrés Pérez.

Francisco Ameliach, uno de los militares que se movilizó hasta el centro penitenciario, sabía que el objetivo de la operación era bien preciso: evitar que Chávez fuera asesinado, porque manejaban la información de que así planeaba actuar el gobierno de entonces para detener la subversión popular que crecía en aquel momento.

Eran apenas cuatro soldados y él quienes a las 2:00 de la mañana partieron al reclusorio y se instalaron frente este sitio, ocultos por la alta vegetación que cubría el terreno. “Cargábamos apenas dos pistolitas y una escopeta, pero ahí estábamos cubriendo nuestra posición en espera de los refuerzos que estaban por llegar”, recordó Ameliach 20 años.

Los refuerzos no llegaban y por ello al amanecer tuvieron que actuar, arriesgándose en una acción que casi les cuesta la vida, relató el entonces capitán. Lanzaron dos granadas con un mortero para disuadir a los guardias que protegían la entrada de la cárcel, pero recibieron descargas de alto calibre que esquivaron cubriéndose detrás de una humilde casa que quedó totalmente destrozada.

Los refuerzos llegaron y, seguidamente, con el apoyo de una maquinaria pesada (pailover) intentaron tumbar la puerta de la entrada del recinto penitenciario, pero una granada lanzada por los custodios frustró la acción. Afortunadamente, el artefacto explotó en la pala de la máquina y no ocasionó pérdidas fatales.

La acción se abortó por órdenes del propio Chávez, quien por radio avisó a Ameliach que se encontraba seguro y su vida estaba garantizada dentro del recinto carcelario. De allí, el militar regresó a su comando y retomó sus funciones. nadie se enteró en ese momento de que había participado en el intento de rescate de Hugo Chávez.

Un nuevo rostro de la Fuerza Armada

A 20 años de la rebelión cívico-militar del 27 de noviembre de 1992, Ameliach recalcó que Venezuela es otra gracias a la Revolución Bolivariana. Apuntó que hoy el pueblo y sus fuerzas armadas se conjugan en un solo esfuerzo de bienestar social.
Desde su perspectiva, la génesis de todo este movimiento fue la manifestación popular del 27 de febrero de 1989, en la que un presidente ordenó al ejército levantar sus armas contra el pueblo, pues fue una alarma nacional que activó la rebelión militar que derivó en el 4 de febrero y el 27 de noviembre de 1992.

El actual candidato a la Gobernación de Carabobo relató que la intención de los militares rebeldes ese 27 de noviembre, más que alcanzar el poder, era reivindicar al pueblo y dejarle claro a Venezuela que una gran mayoría de las Fuerzas Armadas respaldaba las luchas históricas en contra de los intereses de las oligarquías.

Además, instó a todos a votar el 16 de diciembre y afirmó que los carabobeños sabrán elegir entre los hijos de Bolívar y los traidores oligarcas que representan la oferta electoral de la derecha. Recordó que el 6 de mayo de 1830 en Valencia se instaló el Congreso Constituyente que disolvió la Gran Colombia y desterró a Simón Bolívar.

“Esa oligarquía que traicionó a nuestro Libertador es la misma que ahora pretende seguir dirigiendo los destinos de la tierra donde Venezuela alcanzó su independencia. Pero Carabobo dará otra vez el ejemplo el 16 de diciembre en esta batalla del pueblo”, destacó. Manifestó sentirse plenamente preparado para asumir, junto al presidente Chávez y al poder popular, el compromiso de encaminar los destinos del estado Carabobo.

Prensa YVKE

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Ubicacion: Cedeño, Venezuela

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