A las 8:00 de la noche de este martes el cielo caraqueño se iluminó. Luces de colores se confundieron con el destello de las estrellas y, junto a ello, el sonido de los fuegos artificiales hizo sentir en la capital el orgullo revolucionario de miles de venezolanos.
Un gran cohetazo bolivariano por la paz y la revolución, convocado por el presidente Nicolás Maduro, se cumplió. Decenas de habitantes de Caracas se dieron cita en la Plaza Bolívar de la capital, donde pitos, celebración, algarabía y canciones alusivas a la Revolución Bolivariana se multiplicaron.
Era una manifestación pacífica, como las tantas realizadas por el pueblo venezolano consciente y seguro de que el camino es la paz. Pero esta vez los cohetes y fuegos artificiales fueron su voz, con la cual se defiende el proceso socialista.
Fue una defensa con la que se manifiesta que “somos mayoría y ganamos pacíficamente”, como dice José Osorio, en alusión a las últimas elecciones presidenciales, en las que Maduro logró la victoria con más de 7,5 millones de votos.
También fue una respuesta contra la violencia, como expresa Jessica Vazares, quien agrega que los cohetes son una forma de ratificar que el pueblo no caerá en provocaciones de la derecha, “porque no queremos violencia, sino amor y paz”.
Los cohetes continúan. Ya son las 8:20 y se sigue iluminando el cielo. La euforia de los presentes en la Plaza Bolívar es contagiosa. Muchos se suman y comienzan a bailar al son de “¡Yo te pregunto cómo está tú con Nicolás en el autobús!”, “¡Brincando, brincando, los cohetes están sonando!”, “¡Duro, duro con Maduro!”.
“Hay un pueblo que está presente y dispuesto a luchar por este proceso que dejó nuestro comandante y tenemos el deber de seguir con él”, dice Mariel Piñango, joven artista y bailarina, quien se ha sumado a este llamado.
Niños, jóvenes, adultos y ancianos se confunden dentro de la manifestación. En medio de la noche el sudor corre por sus rostros y brazos. La gran alegría que significa el respaldo a la Revolución, como respuesta al odio de la derecha, es el símbolo de esta noche.
A lo lejos, una señora de casi 80 años y ataviada con una franela estampada con el autobús de Maduro resalta entre la multitud. Está en la Plaza Bolívar desde las 10:00 de la mañana “apoyando a nuestro presidente Nicolás Maduro, como nos lo dijo nuestro comandante de la Patria, Hugo Chávez, para seguir fortaleciendo la patria”.
Carmen Soto es su nombre, viene desde Caricuao, Caracas, y con su fuerza y corazón está dispuesta a defender “nuestra patria para nuestros hijos, nietos y ancianos como yo”. Añade que con los cohetazos va a haber paz, alegría y armonía “en esta revolución que estamos construyendo”.
Marcan las 8:40 pm y se siguen viendo luces en el cielo. Ahora se marca un rumbo diferente, Plaza Venezuela es el nuevo destino, donde una masa de trabajadores ha decidido sumarse al cohetazo bolivariano.
Una “línea de cohetes”, como se le llama, es armada en las riberas del Guaire, justo al lado de Plaza Venezuela. Un hombre enciende la mecha de los cohetes y en menos de dos segundos el cielo se vuelve a iluminar. El cielo oscuro ya deja de serlo.
A las 9:00 de la noche se escuchó la última explosión de alegría, pero la lucha y defensa no termina allí, pues los cohetes se llevan dentro, en el corazón del pueblo venezolano que por amor y paz decide ser protagonista de un proceso revolucionario.
Prensa Minci
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