miércoles, 13 de febrero de 2013

SEPA CÓMO EL AJUSTE CAMBIARIO PRESERVA EL CRECIMIENTO ECONÓMICO

Se trata de construir un modelo de economía (y de sociedad) socialista, una búsqueda que está permanentemente en tensión con la realidad de un mundo salvajemente capitalista (valga la repetición).

Los pueblos tienen memoria, anhelos y miedos. Estos son el producto de su historia, de décadas pasadas, recuerdos de saqueos y revueltas. Entre los temores existe uno que reaviva recuerdos dolorosos: la inflación, un proceso económico que ha golpeado fuertemente al pueblo venezolano (y a gran parte de América Latina) en épocas anteriores.

Señalar los lugares de dolor de nuestro pueblo es importante, no sólo porque permite pensar en cómo se sana, sino porque brinda herramientas para entender algunas de las tácticas utilizadas por la oposición. En estos días es necesaria una discusión seria y profunda sobre la economía venezolana, pues los sectores de derecha, para deslegitimar al Gobierno Nacional, recurren a reavivar el fantasma de la inflación. Así generan temor y nublan la necesaria reflexión sobre los desafíos económicos que tenemos por delante.

La economía está en continuo movimiento, en múltiples relaciones con lo que sucede al interior del país (qué se produce, consumo interno, etc.) y con lo que sucede en el exterior (bloques económicos regionales, imperialismos, situación del dólar, etc.) en un determinado contexto general (que en esta época está signado por la crisis capitalista). Reconocer que la economía no es un compartimento estanco es el primer paso para entender lo que está sucediendo. El segundo paso (que no entra en la visión del mundo de la oposición) es discutir sobre cómo debería ser un modelo económico socialista, es decir, un sistema que ponga en el centro al ser humano y no a la mercancía.

Se trata entonces de construir un modelo de economía (y de sociedad) socialista, una búsqueda que está permanentemente en tensión con la realidad de un mundo salvajemente capitalista (valga la repetición). En ese marco, el Gobierno Nacional introdujo una medida el viernes pasado: modificar el valor de cambio con el dólar de 4,30 a 6,30. ¿Cuáles son los objetivos? Podemos citar varios: preservar el crecimiento económico, impulsar una mayor competitividad en el exterior estimulando las exportaciones, garantizar el flujo de divisas al sector industrial o permitir que Cadivi cuente con un mayor margen de liquidación de divisas, lo que mejorará el abastecimiento y diversidad de productos.

Esto puede ser discutido, claro, pero desde la perspectiva de avanzar en un modelo económico más incluyente y no de volver a un modelo excluyente. Por eso, el ministro de Comunicación e Información, Ernesto Villegas, hizo la distinción clara al desmentir lo que la oposición salió a llamar “paquetazo”: “paquete es igual a MUD-FMI: fin de las misiones, privatización, liberación de precios, despidos, congelación de salarios”. De lo que aquí se trata es de generar las industrias nacionales que con esta medida serán más competitivas en el mercado nacional, estimulando su desarrollo, fortalecimiento, generando así actividades productivas por fuera de la renta petrolera.

El economista y diputado a la Asamblea Nacional, Jesús Farías, explicó que esta medida nace porque en el país se había producido “un rezago cambiario producto del abaratamiento excesivo de las importaciones y encarecimiento en las exportaciones, lo cual había que corregir”. De esta manera, en la misma línea que Villegas afirmó: “No va a ocurrir lo que los sectores de la oposición están anunciando por ahí, que esto va a empobrecer a la población como ocurrió con el Paquetazo del presidente Carlos Andrés Pérez (durante su segunda gestión de 1989 a 1993), cuando castigaron al pueblo eliminando subsidios, congelaron el salario y desmantelaron el Estado”.

Como decía el cantante popular uruguayo, Alfredo Zitarrosa, “una cosa es una cosa, otra cosa es otra cosa”. Por eso, aquí estamos frente a la búsqueda de rectificar algunos problemas de macro-economía desde la perspectiva de continuar avanzando en el bienestar del pueblo. En todo caso podemos discutir cuáles son posibles medidas frente a un incremento del precio de los alimentos, cuáles son los aumentos salariales necesarios para que el salario real no se vea afectado, o en términos estratégicos, ¿cómo es una economía no capitalista? Lo que no se debe (pero esto no entra dentro de la ética de la oposición, ya lo sabemos) es agitar fantasmas que son sentidos por el pueblo, miedos que nacieron de los golpes que no dudaron en propiciar los Gobiernos de la IV República, esa época de la historia que reivindican quienes hoy critican al chavismo.

PRENSA laiguana.tv
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Ubicacion: Venezuela

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