miércoles, 21 de enero de 2015

Preparan a la sociedad para respuestas neuróticas

No hay duda acerca de la existencia de una estrategia de desestabilización socio-emocional que pretende caotizar a la sociedad venezolana y neurotizar a los ciudadanos para ocasionar una ruptura social violenta del orden establecido.


La actual campaña, ejecutada por una “Clínica de Masas” altamente experimentada y profesional, constituye un capítulo más de un largo proceso programado de acumulación de angustias colectivas que busca avivar la incertidumbre y la sensación de desprotección, así como también provocar respuestas irracionales y desbordamientos.

Se expresa mediante un “encadenamiento” de mensajes alarmistas y fatalistas, sobredimensionamiento de la crisis y exacerbación del descontento, vehiculados por las Redes Sociales y los Rumores, con el objetivo de crear una sensación de miedo colectivo por la percepción de caos y desprotección.

De esta manera, ESTAN PREPARANDO A LA SOCIEDAD VENEZOLANA PARA RESPUESTAS NEUROTICAS FUTURAS.

Se trata en definitiva de una actividad subversiva encubierta que forma parte de las llamadas “Técnicas Avanzadas de Guerra Psicológica de IV Generación”.

La angustia es una sensación de incertidumbre, desprotección y vulnerabilidad que puede producir cambios de las ideas y del comportamiento social sólo si el temor rebasa el umbral.

En esta dinámica no hacen falta líderes, ni propuestas, ni ideas, ni promesas, que convoquen y movilicen a las masas descontentas, pues se trata fundamentalmente de apelar a la rabia, la incertidumbre y el temor. Tampoco son necesarios la razón de los argumentos ni la esperanza de una oferta superior. Se estimulan sólo la irracionalidad, la irritación y la violencia.

La estrategia insurreccional -a través de la guerra psico-social- que han declarado los adversarios más radicales de la Revolución Bolivariana se explica por la inexistencia de una alternativa que convoque y movilice a la mayoría de los venezolanos.

Hoy la Oposición sólo cuenta con 18% de respaldo y simpatías. Carece de mensaje, propuesta, liderazgo y unidad estratégica.

Frente a este escenario de desestabilización socio-emocional, el Gobierno Bolivariano debe dar respuestas eficientes y urgentes no sólo en relación a su gestión económica sino también respecto a su gestión comunicacional.

Ya no es suficiente tomar medidas. Reducir la incertidumbre y re-establecer la esperanza son objetivos vitales.
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