domingo, 21 de octubre de 2012

¿Cómo capta la CIA a sus agentes en Venezuela? (1/3) por Percy Francisco Alvarado Godoy


Caracas, 16 Jun. AVN.- La Embajada norteamericana en Caracas, ubicada a un lado de Colinas de Valle Arriba, por encima de Las Mercedes, es un edificio moderno de 5 pisos, donde se acomodan las agencias norteamericanas, con funciones plenamente definidas para revertir el proceso bolivariano en Venezuela. Muchos entran y salen de la enorme edificación situada en la Calle F con Calle Suapure, Urb. Colinas de Valle Arriba. Unos, simplemente, van a realizar trámites migratorios y otras consultas. Otros, los menos, arriban para entrevistarse con los diferentes oficiales de la CIA, la DIA, el FBI o alguna otra agencia de espionaje con tapadera como la USAID y otras ONG.

Está claro que éstas no son simples visitas de cortesía y el protocolo no es la cuestión fundamental en esos encuentros. Lo fortuito tampoco existe. Otros encuentros se realizan fuera de la embajada, en lugares públicos o alejados del ojo avizor de los servicios de contrainteligencia bolivarianos.

Muchos de los visitantes, devenidos ahora en agentes activos de estas agencias, particularmente de la CIA, han recorrido un largo proceso para su aceptación como tales. Procesos iniciados algunas veces en la misma Venezuela, otras en viajes furtivos a Estados Unidos o alguna nación como Panamá, Colombia, México, Chile o en la lejana Europa. Otros han sido reclutados en universidades o de la masa de buscavidas que se oponen al proceso revolucionario.

La CIA acumula vasta experiencia en el reclutamiento de su agentura y ha establecido procedimientos estándares empleados tras largas décadas, perfeccionados en los últimos años con la apoyatura de los avances tecnológicos.

La primera fase del proceso de reclutamiento no se inicia en el primer encuentro entre el Oficial de Caso y su futuro candidato a espía. Primero que todo, el proceso se inicia en Langley, la sede central de la Agencia, en donde se elaboran los planes y se definen los propósitos a alcanzar en la guerra sucia contra Venezuela. Cuando ya todo esto está establecido, los oficiales se encargan de buscar al personal potencialmente indicado para ejecutarlos.

Proceso de planificación

Concebir la guerra sucia de la CIA hacia Venezuela, de manera simplista, es un error. La misma presupone el empleo de un complejo sistema de acciones económicas, políticas y sociales, cuyo objetivo final, sí es uno: destruir a la Revolución Bolivariana. Por ello, en la planeación y dirección de esta guerra intervienen grupos multidisciplinarios, cuya actividad de los mismos abarca acciones tan complicadas como la guerra mediática, el sabotaje económico, acciones violentas, maniobras políticas, generación de conflictos internos y externos, subversión, exacerbación del nacionalismo o contradicciones inter étnicas, guerra sicológica, sabotajes, generación de confusión y desaliento, labor de zapa, compra de voluntades, labores de comprometimiento de cuadros políticos, sonsacamiento, etc.

Este grupo se encarga igualmente de preparar escenarios alternativos desestabilizadores, seleccionando adecuadamente a sus protagonistas sociales e individuales para ser empleado en cada caso. También analiza, para cada escenario, los factores ajenos a Venezuela que pueden ser usados, coyunturalmente, tanto como aliados o como facilitadores de sus planes desestabilizadores. Una amplia gama de oficiales y analistas, encargados en la promoción de campañas de marketing mediático, sobre todo cuando se cuenta con la alianza de importantes medios de comunicación dentro y fuera de Venezuela, entran en acción. El involucrar a Venezuela con el terrorismo, el narcotráfico, la trata de personas y de armas, es parte de este marketing debidamente estructurado. El propósito es convertir un mentira, mil veces repetida, en una verdad supuestamente creíble.

Esto debe partir, a pesar de todo, de un pormenorizado estudio situacional que permita descubrir fortalezas y debilidades, oportunidades y limitaciones para la implementación de los planes. Es esencial, por ende, conocer al detalle no solo a las fuerzas políticas alineadas a la Revolución, sus coincidencias y discrepancias, así como establecer perfiles de cada uno de sus entes movilizadores. La CIA presta, por ende, especial atención a cada dirigente bolivariano, a sus características personales y nivel de compromiso; asimismo a sus propias particularidades personales, roles, potencialidades, niveles de influencia y liderazgo, así como a sus propios rasgos temperamentales y de personalidad, tales como nivel de socialización, habilidades comunicativas y defectos individuales. No quedan exentos los estudios grupales, la caracterización de las fuerzas sociales como sindicatos, etnias, movimientos estudiantiles, comunidades, estableciendo la dinámica política dentro de las mismas, aspiraciones económicas y necesidades inmediatas; papel preponderante se da a la caracterización de los líderes de estos movimientos, sus anhelos personales, su nivel de compromiso y sus vulnerabilidades.

Otro marco ideal para la CIA es la detección de personas que no hayan tenido una marcada relevancia política y que pueden ser factibles de infiltrar diferentes estamentos para realizar labores de búsqueda de información. De ser personas conocidas, cuyo desempeño se haya desarrollado en actividades políticas y militares de oposición militante, sus conocimientos pueden ser empleados, más que para tareas de infiltración, en tareas de capacitación, asesoría y reclutamiento. En muchos casos se convierten en ejecutores de planes violentos tras bambalinas.

La CIA también cuenta con una vasta lista de mercenarios o soldados de la fortuna que pueden tener larga experiencia en conflictos bélicos, técnicas de subversión, manejo de explosivos, sabotajes, secuestros y otras acciones de corte violento. Mucho material humano puede ser reclutado en la vecina Colombia, en Estados Unidos, en desertores de las FFAA y en participantes en recientes conflictos bélicos en Irak, Afganistán, Kosovo y otras naciones.

Hay que tener claro, que las actividades de la CIA se realizan mediante personas. Independientemente de la sofisticada tecnología que emplea, por lo que la calidad y motivación de las personas se convierten en un atractivo para la misma. La clave del éxito de un espía para cualquier servicio son la motivación, eficacia en el desempeño, así como un conjunto de capacidades y habilidades cruciales en el mundo del espionaje, tales como capacidad de desdoblamiento, dotes histriónicas, memoria prodigiosa, habilidad de sonsacar, don de gentes, carisma, y, sobre todo, compromiso. Eso busca la CIA en las gentes y lo trata de explotar con eficacia.

Las etapas previas al reclutamiento del agente son diversas y complejas, iniciándose, como ya señalamos, en la planeación de las tareas, el proceso de selección, estudios de perfiles de los candidatos, evaluación de las formas más idóneas para el reclutamiento de cada uno, –lo que obviamente varía en cada caso particular-, y, por último, la fase de acercamiento al candidato, teniendo en cuentas las vías posibles y las más eficaces para su socialización con el mismo.

Este proceso, basado en una lógica bien diseñada, cumple los siguientes pasos:

a. Localizar al agente potencial y establecer un amplio perfil del mismo.

b. Establecer su correspondencia con las tareas a realizar.

c. Investigación inicial de los antecedentes del agente. Caracterización y definición de perfil.

d. Acercamiento y reclutamiento.

e. Asignación de tareas.

f. Adiestramiento del agente.

g. Desarrollo de una supuesta identidad o leyendamiento de la propia identidad.

h. Control del desempeño y evaluación.

i. Asignación de nuevas tareas o eliminación de compromisos.

Como señalamos en un principio, la embajada norteamericana en Caracas cuenta con un vasto grupo de oficiales experimentados para el cumplimiento de estas misiones y la conformación de los grupos de tareas (Task Forces) es permanente en correspondencia a cómo se conformen los planes, tanto de la CIA, la DIA, la DEA o del FBI. Cada una de las secciones de la misma actúa con oficiales operativos con pleno dominio de los planes, abultados presupuestos, analistas de profiles, métodos y formas específicas de sonsacamiento, comprometimiento y reclutamiento. Mucha de esta actividad se realiza en el exterior, siguiendo los mismos estándares del proceso de captación, aunque con mayores libertades e impunidad.

La gran masa de potenciales agentes pueden ser detectados entre las llamadas fuerzas amistosas (grupos de exiliados como UnoAmérica, ORVEX, VEPPEX y otras organizaciones radicadas fundamentalmente en La Florida; fuerzas no amistosas cuyas personas pueden ser susceptibles de ser reclutadas mediante amenazas, chantajes, comprometimiento, colaboración forzada, etc.; organizaciones no gubernamentales (ONG), que sirven de tapadera a labores de inteligencia, subversión y otras misiones desestabilizadoras, cuyo financiamiento depende principalmente de la manera en que cumplan las tareas asignadas; medios de comunicación y periodistas, cuyo trabajo principal está dirigido al trabajo mediático, a la distorsión de la realidad, a la satanización del proceso bolivariano y su líder principal, a la especulación morbosa, a las campañas engañosas encaminadas a desacreditar los avances sociales y, particularmente, a falsear la realidad de los derechos humanos en Venezuela.

Los potenciales agentes pueden ser encontrados en profesionales de vasta experiencia desligados de compromisos con otras agencias o cedidos por las mismas en forma de colaboración, así como un pequeño de grupo de colaboradores que, por libre albedrío, se ofrecen voluntariamente. Estos son los más analizados por parte de la CIA, temiendo la penetración de agentes dobles.

En Venezuela, de manera particular, y como analizaremos en los próximos comentarios, el reclutamiento de agentes tiene un matiz muy peculiar en el caso de los programas de intercambio académico, lo que le permite a la Agencia estudiar con particular detenimiento a sus potenciales agentes en su propio terreno, el territorio norteamericano. Uno de estos casos son los programas Fulbright, Hubert H. Humphrey, el Institutos de Verano para Profesores Universitarios, los Institutos de Verano para Profesores de Secundaria, el Institutos de Verano para Líderes Estudiantes, Líderes Internacionales en Programas De Educación (ILEP), American Corner, Ingles Intensivo para Estudiantes de Pre-grado, Programa de Visitantes Internacionales, programa de Conferencistas y Especialistas de los EE.UU., así como otros programas alternativos relacionados con la sociedad civil, el desarrollo de las ONG, la educación cívica, el desarrollo de los medios de comunicación, la capacitación judicial, los derechos de propiedad intelectual y la administración pública.

Dentro de estos programas sobresale el de los Jóvenes Embajadores, a quienes se traslada a los EE UU en forma gratuita para realizar "intercambios" con altos funcionarios de Washington. Por supuesto, en la selección de los jóvenes se tiene en cuenta sus facultades de liderato y otras potencialidades que, posteriormente, serán debidamente explotadas por sus promotores. Los seleccionados son generalmente pertenecientes a la organización Compañeros de Venezuela.

Un papel destacado lo cumplen en estas tareas de inteligencia las Oficina de Asuntos Públicos, la Oficina de Prensa y Cultura y los funcionarios militares y de las agencias de inteligencia, las que operan dentro de la embajada con diferentes fachadas. La Oficina de Prensa y Cultura actúa como punto focal del acercamiento a los principales representantes del mundo de la cultura y de los medios de comunicación, orientándoles a sus reclutados las principales misiones subversivas a desarrollar en correspondencia con el dinámico comportamiento del contexto político. Esta oficina se encarga, precisamente, de la selección de quiénes pueden ser reclutados en el marco de los programas de intercambio y dentro de la prensa y la cultura venezolana.

Otras agencias dentro de la Embajada administran las diversas partidas secretas del CIA y el Pentágono, muchas veces disfrazadas como ayuda a las ONGs, para financiar la labor subversiva dentro de Venezuela. Son realmente cifras millonarias a repartir a través de la USAID, la NED, el IRI, el NDI, Freedom House y otras ONG asentadas en el país y cuya finalidad es, a la larga, destruir a la Revolución Bolivariana.

Actualmente, un papel relevante en la conformación del trabajo subversivo en Venezuela lo desempeña nada menos que James Derham, asignado en Caracas en octubre de 2011, como Encargado de Negocios. Su larga hoja de servicios en tareas de espionaje como Cónsul en la Habana, Ciudad Juárez y Sao Pablo, luego como ministro consejero en Lisboa y jefe de proyecto de la USAID en Kosovo. Ya en el 2005 fue embajador en Guatemala hasta el 2008, pasando a ocupar otros cargos dentro del Departamento de Estado y en otras misiones diplomáticas en Ciudad de México, Brasilia y Río de Janeiro. Sus vínculos con la USAID lo evidencian, desde hace algunos años como un hombre relacionado estrechamente con la CIA. Hay quien comenta que estos vínculos fueron establecidos, como es típico de la Agencia, desde que Derham realizó estudios en la Universidad de Fordham y maestrías en Harvard y en la Universidad George Washington.

El señor James Derham es un artífice de las relaciones humanas y no pierde el tiempo para hacer amigos, a los que potencialmente puede reclutar o, al menos, emplear mediáticamente en su labor desestabilizadora en Venezuela. El pasado 30 de mayo se fue hasta Baruta con la finalidad de hacerse notar ante la clase magistral ofrecida por el jugador venezolano de la NBA, Greivis Vásquez, y la ex jugadora estadounidense del baloncesto femenino Nykesha Sales, en el polideportivo Rafael Vidal, de La Trinidad, en Caracas. Allí Derham no solo hizo acto de presencia, sino evaluó sobre el terreno, típico de él, la situación preelectoral y el estado de opinión de los presentes.

El 22 de mayo, Derham participó en una reunión en la sede del Ministerio del Poder Popular para Transporte Acuático y Aéreo, en Caracas, junto a representantes de compañías aéreas estadounidenses como Delta Airlines, American Airlines, Federal Express y United Airlines, junto a funcionarios del gobierno venezolano. Allí se aseguró que en Venezuela las operaciones aeroportuarias son seguras y confiables. Pero Derham realizó también sus estudios de perfil de los funcionarios venezolanos asistentes y envió un informe respectivo a la CIA y al Departamento de Estado.

Otras de sus visitas de evaluación sobre el terreno la realizó recientemente James Derham al alcalde del municipio Libertador, Léster Rodríguez, aprovechando el XX Aniversario del Centro Venezolano Americano de Mérida (Cevam). Allí evaluó, "in situ", las posibilidades de realizar intercambios permanentes con las autoridades de este municipio. Asimismo, Derham agradeció la posibilidad de poder intercambiar con las autoridades de la Universidad de Los Andes y todos los factores políticos y sociales de la zona. Sin ambages, James Derham, destacó que el diálogo "resultó muy productivo cultural, social y políticamente."

La cargada agenda de Derham lo llevará el próximo 19 de junio nada menos que ante Fedecámaras, donde se realizará el seminario "Oportunidades de Inversión e Impacto para Venezuela: "Tratado de Libre Comercio Colombia – Estados Unidos". Allí, con la flor y nata de la oligarquía antibolivariana, analizarán cómo impactará el TLC entre EEUU y Colombia en Venezuela. Servirá para que Derham evalúe con muchos de los presentes las futuras acciones pre-electorales de la derecha venezolana. Esa es su misión como espía y sabe cumplirla.


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