Los ecos de una burguesía

Lunes de rueda de prensa del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV). El vicepresidente de la tolda, Diosdado Cabello, respondía preguntas a los periodistas cuando una voz familiar irrumpió vía telefónica. «Felicitaciones a todos los sectores y al pueblo que participó en el simulacro», fueron las primeras palabras del presidente Chávez.

El candidato de la Patria, quien venía siguiendo la rueda de prensa como un televidente más, reiteró las palabras de Cabello, quien consideró oportuna la revisión de algunos errores cometidos en el simulacro electoral del pasado domingo. «Es necesaria la autocrítica y la revisión de los detalles en los días que quedan hasta la victoria del 7 de octubre».

Luego de señalar que detrás de la campaña del «candidato del pasado» se encuentra «el imperio yanqui y la gran burguesía nacional», señaló que el actual prófugo de la justicia, Manuel Rosales, quien se le enfrentó en los comicios presidenciales de 2006, manejaba un discurso idéntico a su actual contendor.

Chávez leyó de la prensa del 25 de septiembre de 2006 declaraciones de Rosales que señalaban: «Daré continuidad a las obras y varios programas de Gobierno, tanto de la cuarta como de la quinta, así como las misiones». Luego leyó un titular de la misma fecha: «Manuel Rosales defiende su posición de hablar claro y conciso».

«Cualquier semejanza con lo que hoy dice el candidato de la alta burguesía es pura coincidencia. ¡Es casi lo mismo, como un calco!», denunció Chávez.

Sin embargo, aquellos señalamientos del entonces candidato Rosales, hinchados de triunfalismo, naufragaron el 3 de diciembre de 2006, cuando el comandante Chávez obtuvo 62,84 por ciento de los sufragios, para un total de 7 millones 309 mil 80 votos.

«Tenemos razones históricas, éticas y políticas para pasar del 65 por ciento y seguir aproximándonos a los 10 millones de votos, que nos permitirán acelerar la transición al socialismo», remató Chávez, a 34 días de los comicios presidenciales del 7 de octubre.