La diversidad sexual está presente en el Comando Carabobo de Caracas. Leandro Villoria, de la Alianza Sexo-Género Diversa Revolucionaria, ejerce la vocería de esta población en el equipo que coordina la batalla por la reelección del presidente Hugo Chávez. Villoria y Koddy Campos, residentes de la calle Nueva China, de La Vega, no titubean al afirmar que la Revolución es el rumbo a seguir y tampoco dudan en pedirles a los compañeros bolivarianos que “le bajen dos a la homofobia”.
Este gobierno, supuestamente autoritario y militarista, ha incluido, entre otros grupos segregados, a los y las homosexuales. ¿Cómo se explica eso?
Villoria: Socialismo es inclusión y no sólo en el discurso, en los hechos. La Revolución ha visibilizado a los afrodescendientes, a las personas de la tercera edad, a los indígenas, a todos los que habían sido ignorados. El presidente Chávez es la garantía del respeto a nuestros derechos porque es el único que ha tenido el valor de llamarnos a hacer Revolución. Por eso estamos claros en que este es el rumbo. A veces nos preguntan por qué no somos de derecha o por qué no apoyamos a Capriles Radonski, si sabemos cuál es su supuesta orientación sexual. Nosotros les decimos que no cabemos en su proyecto de país.
Campos: La población sexodiversa es revolucionaria de nacimiento. No puede haber un homosexual, una lesbiana o una trans que sea de derecha, es biológicamente imposible, eso sí es contranatura. La Revolución nos ha incluido en la Ley de Trabajo, al proteger también a la paternidad; en la Ley contra el Racismo y en la Ley del Poder Popular.
¿Está planteado legalizar el matrimonio entre personas del mismo sexo?
Campos: No creemos que eso sea lo sustancial ahora. El homosexual que vive en un barrio lo que necesita es que se le garantice su derecho al estudio, al trabajo, a no ser discriminado.
Villoria: Ese es un tema álgido para homosexuales y heterosexuales. Poner el matrimonio en una ley no es la solución para nuestra lucha, lo que necesitamos es generar conciencia. Hay temas más importantes, como el derecho a la salud que muchas veces es vulnerado por la discriminación.
En el calor de la campaña, se ataca al candidato opositor por la orientación sexual que se le atribuye (de forma especulativa, dicho sea de paso). ¿Qué dicen ustedes?
Villoria: Decimos que no puedes descalificar al oponente con ese argumento, empezando porque de este lado también estamos muchos y muchas con esa orientación. Además, centrarse en eso es contribuir a despolitizar el análisis, a que la gente olvide que Capriles es un fascista, un asaltante de embajadas, un acosador laboral y que representa a la derecha, con todo lo que eso significa en hambre y miseria para la mayoría. Hacemos un llamado a que estos compañeros “le bajen dos” a la homofobia.
Campos: La gente no es homofóbica porque quiera serlo o porque nazca así. Lo es porque no tiene la información adecuada y la sociedad le implanta prejuicios. No debemos condenar a estos compas por su homofobia, sino hacer una campaña de concienciación.
La Revolución también cambió todos los paradigmas de la Fuerza Armada ¿Hay militares sexodiversos?
Villoria: Eso es obvio, no hay un grupo humano donde nosotros no estemos, pero quizá por el machismo que hay en la institución, no pueden salir a la luz, expresarse libremente. Hacia allá vamos. Son peldaños de una escalera que vamos subiendo.
Campos: Se está avanzando en la formación de los cuerpos policiales y la Guardia Nacional, que antes veían a un homosexual y lo reprimían. En la Universidad Nacional Experimental de la Seguridad hay profesores homosexuales para que los futuros policías adquieran conciencia de lo que van a encontrar en la calle.
En todo caso, ¿en el mundo militar aún no hay participación activa?
Villoria: No, sólo por debajo de cuerda. No hay nadie que diga públicamente que está organizando un movimiento sexodiverso en la Fuerza Armada…
Campos: ¡Ojalá saliera un general a decirlo, ja, ja!
Los prejuicios respecto a los sexodiversos muchas veces derivan de la imagen de frivolidad y escándalo que proyectan algunos. ¿Cómo combatir eso?
Campos: Son los estereotipos plantados por el sistema capitalista para ridiculizar a la comunidad sexo-género diversa. Los medios utilizan al homosexual para burlarse y decir que somos promiscuos, ridículos y sólo servimos para ser peluqueros y bonchar en una discoteca. Son maneras de estigmatizarnos. Es como cuando se dice que la mujer no sabe manejar. ¿Dónde se ha probado eso? En ninguna parte, pero todos lo decimos y lo repetimos.
—Para impulsar sus luchas, ¿ayudaría que una figura del Gobierno se declarara homosexual o que se creara una instancia institucional, un viceministerio, por ejemplo?
Villoria: La creación de un instituto o viceministerio nos ayudaría mucho porque sería un mecanismo de educación y debate permanente con las comunidades.
Campos: Bueno, que una figura del Gobierno salga del clóset sería mediático, pero no sabríamos si conveniente. Sólo lo sería si está sensibilizado con nuestras luchas. Es como si tenemos en la AN 50% de mujeres, pero todas son machistas. No hacemos nada con eso. Lo que necesitamos no es que haya un homosexual en el Gobierno, sino que los funcionarios, homosexuales o heterosexuales estén sensibilizados y conozcan la importancia de esta lucha.
Intolerancia endógena
Leandro Villoria, técnico superior universitario en Química, 24 años, ha sufrido la intolerancia endógena. En 2011 se encadenó en una plaza de San José de Guanipa (El Tigrito, Anzoátegui), para protestar contra el alcalde, Pedro Martínez (PSUV), quien, según denuncia, debido a su homofobia, hostiga a una licorería de la familia Villoria. “Y para la marcha del 13 de abril prohibió que los homosexuales subiéramos a los autobuses. Él dice que desprestigiamos al municipio”.
Koddy Campos, técnico superior universitario en Administración Tributaria, 24 años, explica que internamente, la lucha tiene altos y bajos. Por ejemplo, el Ministerio de la Mujer no reconoce a las mujeres trans, personas anatómicamente masculinas que, mediante tratamientos hormonales e intervenciones quirúrgicas, buscan tener un cuerpo femenino. “Sin embargo, la Misión Negra Hipólita abrió una casa para las trans en situación de calle, como las que se prostituyen en la avenida Libertador y son adictas a las drogas. Allí aprenden un oficio que les permite dejar esa actividad. Es un logro de la Revolución que casi nadie conoce”.
La Alianza Sexo-Género Diversa Revolucionaria (ASGDRe), en la que militan ambos, es un colectivo de izquierda que se reconoce como parte de la lucha del pueblo, junto a otros movimientos sociales. Funciona en la calle Colombia de Catia. Su teléfono es: 0212-334-67-77 y su correo electrónicoalianza.sg.diversarevolucionaria@gmail.com
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