Hugo Chávez Frías presentó en La Habana, Cuba, el bosquejo del modelo de región que soñaba para América Latina y para Venezuela, cinco años antes de que el pueblo venezolano lo eligiera como presidente.
Era la primera vez que el soldado visitaba suelo habanero. Fue recibido con honores por Fidel Castro y su gabinete; y en el Aula Magna de la Universidad de La Habana esbozó las piezas del rompecabezas que actualmente tiene forma en Venezuela y en buena parte de la región latinoamericana.
"Levantar la bandera ideológica pertinente y propicia en nuestra tierra venezolana, a nuestra Latinoamérica: la bandera bolivariana", pronunció Chávez para dar rienda suelta a su planteamiento.
Esa bandera la izaba desde la búsqueda de las raíces autóctonas del país, una hazaña histórica enmarcada en el pensamiento del Libertador Simón Bolívar, cuyo eje central era la unidad de América "como contrapeso del Norte que ya se perfilaba con sus garras sobre nuestra tierra latinoamericana", reseña el diario Ciudad Caracas, que en su edición del viernes 13 de diciembre publicó el discurso completo.
Hace 18 años, el hombre de sueños libertarios, advertía que "estamos en una era de despertares, de resurrecciones, de fuerzas y de esperanzas" y más adelante lo confirmaba acentuando que "el siglo que viene (...) es el de la esperanza, es nuestro siglo, es el siglo de la resurrección del pueblo bolivariano, del sueño de Martí, del sueño latinoamericano".
Chávez proponía la necesidad del Poder Electoral y el Poder Moral en una nación contaminada en ese entonces por guerras de poderes, individualismos, sectarismos y dependencia capitalista.
"El mejor sistema de gobierno es el que proporciona mayor suma de felicidad a su pueblo, mayor suma de estabilidad política y seguridad social", expresaba citando al Libertador.
Mirando hacía el futuro, Chávez pensaba en el trabajo organizativo del pueblo venezolano, de ejércitos no sólo armados de fuego sino de campesinos, indígenas y estudiantes llamados a luchar desde la conciencia plena de que la patria está primero.
"Reforzar la solicitud de la calle, con el pueblo, del llamado a las elecciones para una Asamblea Nacional constituyente para redefinir las bases fundamentales de la República que se vinieron abajo", alertaba.
Al hablar de esas fallas, exponía que se trataban de modelos jurídicos, políticos, económicos y morales que no "se arreglaban con pequeños parches".
La transformación venezolana necesitaría de una sabana abierta, de unos 20 a 40 años, para reconducir los hilos y caminos patrios abandonados por vacíos de poder o por exceso del mismo.
Una próxima raíz a enderezar era la economía, que apostaba por un "modelo económico soberano" independiente y "complementario".
En 1994 Chávez hablaba de levantar un Proyecto Nacional Simón Bolívar con "brazos extendidos al continente latinoamericano y caribeño" que sembrara riquezas justas y equitativas en toda la región.
"Es una asociación de estados latinoamericanos, por qué no pensar en eso, que fue el sueño original de nuestros libertadores, por qué seguir fragmentados", cerraba Chávez.
Hoy, aquel bosquejo, está pintado de colores bolivarianos. 18 años después, el pueblo venezolano ondea incesantemente la bandera bolivariana.
Era la primera vez que el soldado visitaba suelo habanero. Fue recibido con honores por Fidel Castro y su gabinete; y en el Aula Magna de la Universidad de La Habana esbozó las piezas del rompecabezas que actualmente tiene forma en Venezuela y en buena parte de la región latinoamericana.
"Levantar la bandera ideológica pertinente y propicia en nuestra tierra venezolana, a nuestra Latinoamérica: la bandera bolivariana", pronunció Chávez para dar rienda suelta a su planteamiento.
Esa bandera la izaba desde la búsqueda de las raíces autóctonas del país, una hazaña histórica enmarcada en el pensamiento del Libertador Simón Bolívar, cuyo eje central era la unidad de América "como contrapeso del Norte que ya se perfilaba con sus garras sobre nuestra tierra latinoamericana", reseña el diario Ciudad Caracas, que en su edición del viernes 13 de diciembre publicó el discurso completo.
Hace 18 años, el hombre de sueños libertarios, advertía que "estamos en una era de despertares, de resurrecciones, de fuerzas y de esperanzas" y más adelante lo confirmaba acentuando que "el siglo que viene (...) es el de la esperanza, es nuestro siglo, es el siglo de la resurrección del pueblo bolivariano, del sueño de Martí, del sueño latinoamericano".
Chávez proponía la necesidad del Poder Electoral y el Poder Moral en una nación contaminada en ese entonces por guerras de poderes, individualismos, sectarismos y dependencia capitalista.
"El mejor sistema de gobierno es el que proporciona mayor suma de felicidad a su pueblo, mayor suma de estabilidad política y seguridad social", expresaba citando al Libertador.
Mirando hacía el futuro, Chávez pensaba en el trabajo organizativo del pueblo venezolano, de ejércitos no sólo armados de fuego sino de campesinos, indígenas y estudiantes llamados a luchar desde la conciencia plena de que la patria está primero.
"Reforzar la solicitud de la calle, con el pueblo, del llamado a las elecciones para una Asamblea Nacional constituyente para redefinir las bases fundamentales de la República que se vinieron abajo", alertaba.
Al hablar de esas fallas, exponía que se trataban de modelos jurídicos, políticos, económicos y morales que no "se arreglaban con pequeños parches".
La transformación venezolana necesitaría de una sabana abierta, de unos 20 a 40 años, para reconducir los hilos y caminos patrios abandonados por vacíos de poder o por exceso del mismo.
Una próxima raíz a enderezar era la economía, que apostaba por un "modelo económico soberano" independiente y "complementario".
En 1994 Chávez hablaba de levantar un Proyecto Nacional Simón Bolívar con "brazos extendidos al continente latinoamericano y caribeño" que sembrara riquezas justas y equitativas en toda la región.
"Es una asociación de estados latinoamericanos, por qué no pensar en eso, que fue el sueño original de nuestros libertadores, por qué seguir fragmentados", cerraba Chávez.
Hoy, aquel bosquejo, está pintado de colores bolivarianos. 18 años después, el pueblo venezolano ondea incesantemente la bandera bolivariana.
AVN Prensa
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