El comité preparatorio comenzó la jornada final de discusiones este viernes, en su tercer y último intento por acordar políticas comunes de desarrollo sustentable; luego de dos fracasados encuentros en Nueva York, Estados Unidos.
Luiz Figueiredo, secretario ejecutivo de la delegación brasileña en la Cumbre de Río+20, expresó que Brasil asumirá las negociaciones y buscará puntos de convergencia entre los especialistas y técnicos de los más de 190 países. “Esa es nuestra función: explorar vías de acuerdo con nuestros aliados, sin abandonar la postura como miembro de la ONU (Organización de Naciones Unidas)", citó Telesur.
Agregó que "nos interesa un documento fuerte y no uno de medio término”. “Estamos aquí para pensar a largo plazo y no en crisis que dentro de un año o dos pueden estar resueltas”.
El canciller brasileño, Antonio Patriota, confirmó la postura de la delegación brasileña en la Rí0+20. En entrevista a Radio ONU manifestó que "antes del fin de la Río+20 tendremos un documento ambicioso, apuntando en varias direcciones y estableciendo orientaciones para los próximos años".
La falta de acuerdo se debe a las distintas posturas de los Estados en desarrollo, a los que se une China, y los países desarrollados. Las potencias se oponen a considerar la alimentación y el agua como derechos humanos, e insisten en la denominada economía verde.
Los países en desarrollo han manifestado que ese término es una especie de trampa de las potencias industriales para para poner freno a las exportaciones, fundamentalmente de las naciones en desarrollo, cuando estas no cumplan con ciertos parámetros, considerados verdes.
Prensa AVN
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