Caracas, 11 Oct. AVN.- El reconocimiento de los pueblos indígenas de Venezuela está presente en la Constitución Nacional, existe una legislación que los arropa y un decreto presidencial que reivindica el 12 de octubre como el Día de la Resistencia Indígena, sin embargo, distintas voces consideran que debe profundizarse la labor de reconocimiento de los pueblos originarios y combatir la segregación.
Desde el Ministerio del Poder Popular para la Cultura, la directora de la Oficina de Enlace con las Comunidades Indígenas, Tatiana Jiménez, destaca como un "paso gigantesco" el reconocimiento de los derechos fundamentales de los pueblos originarios en la Carta Magna y la conciencia que se ha generado sobre este campo en el contexto político, aunque denuncia que aún existe discriminación
"Aún se ve al indígena como 'el otro' o 'la otra' y por eso se está luchando. En el sistema educativo hace falta mucho para que los pueblos originarios no se queden como parte del pasado, hay que hacer mucho hincapié en que están aquí, en el presente, por ello me atrevo a decir que todavía están en resistencia, a pesar de que hay un marco legal".
Jiménez piensa que la situación de los pueblos ancestrales ha cambiado en las últimas décadas y apunta que no es lo mismo conversar con una comunidad indígena ahora, que hace 20 años. "Ellos saben todas las leyes que los amparan, saben cómo pueden reclamar sus derechos, si no lo saben, hay alguien cerca de ellos que sabe y los ayuda".
Además, señaló que desde las grandes urbes, que han causado daños irreparables al ambiente, se ha volcado la mirada a las comunidades originarias o tradicionales que han tenido un cuidado más idóneo del ambiente. "El respeto a la tierra ha sido un aporte importantísimo de los pueblos indígenas".
La Constitución Nacional, que define a la venezolana como una sociedad multiétnica y pluriculutral, también surge en las palabras del viceministro de Identidad y Diversidad Cultural, Benito Irady como un espacio esencial para reivindicar a los pueblos que conforman la nación.
"Abrir ese camino de reconocimiento ha llevado a sentir felicidad a muchísimos pueblos, especialmente a los pueblos indígenas que hasta ese momento no lo tenían, pero al ser reconocidos se abren etapas de lucha gigantesca para poder alcanzar el grado supremo de felicidad: poseer sus tierras, encontrarse con sus dioses, valorar la naturaleza".
En los recorridos por el país que ha hecho por más de 40 años, ha notado cambios en la conciencias de las comunidades. Al principio percibía que personas con conocimientos de tradición les daba pena mostrarlos, vio la vergüenza étnica, pero en sus viajes recientes ha notado que aquellos que ocultaban su sabiduría ancestral, la exhiben con orgullo. "Saben que van a ser escuchados, que van a ser atendidos, allí hay un concepto de felicidad".
Hasta el momento, en Venezuela se contabilizan 2.888 comunidades indígenas pertenecientes a 44 pueblos. Según el último Censo de Población y Vivienda hay más de 700 mil personas que se reconocen como indígenas y están ubicadas, sobre todo, en Zulia, Delta Amacuro, Bolívar, Apure, Anzoátegui y Amazonas.
Más allá de los datos estadístico, el ensayista Juan Antonio Calzadilla, apunta que la sabiduría de los pueblos indígenas se está recuperando y llama la atención sobre la necesidad de llevarla a todos los niveles de la sociedad.
"Pudiéramos disponernos a aprender de ellos, hacernos orgullosos de tener sangre indígena y de haber conservado decenas de pueblos aborígenes que son un legado vivo de un pasado inmemorial y del espíritu de la tierra, como decía Enrique Bernardo Nuñez".
Calzadilla explicó que en todo el pensamiento amerindio existe un tronco filosófico común. "Cada pueblo tiene variaciones, pero en el fondo hay una filosofía. Tenemos que reindigenizarnos".
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