martes, 3 de diciembre de 2013

Venezuela conocerá este jueves si la Parranda de San Pedro es Patrimonio Cultural Inmaterial

Este 5 de diciembre, Venezuela conocerá si la Parranda de San Pedro, tradición que durante años es celebrada en los pueblos de Guarenas y Guatire, en el estado Miranda, será reconocida como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.

La decisión será anunciada desde Bakú, capital de Azerbaiyán, por parte del Comité Intergubernamental de la Convención para la Salvaguarda del Patrimonio Inmaterial de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, (Unesco, por sus siglas en inglés).

Días pasados el presidente del Centro para la Diversidad Cultural, Benito Irady, manifestó que el reconocimiento de esta tradición venezolana también es un reconocimiento para las tradiciones populares en Latinoamérica.

Estas manifestaciones “forman parte de una gestión del pueblo. Hay una relación con la comunidad”, señaló Irady, en declaraciones a Venezolana de Televisión.

Una actividad similar se llevó a cabo hace un año, cuando el 6 de diciembre de 2012 el país conoció que los Diablos Danzantes de Corpus Christi ingresaron a la lista representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, con lo cual se convirtieron en la primera manifestación venezolana en merecer este reconocimiento ante la Unesco.

La tradición

En la época en que los hombres y mujeres de piel morena sufrían bajo el yugo de la esclavitud, María Ignacia, esclava en una hacienda en el estado Miranda, padecía bajo los efectos de una enfermedad que le provoca fiebre y dolor. En su vientre se formaba la vida, y aunque sus compañeros y amigos, también esclavos, preparaban brebajes y le pedían a los santos por su sanación, María Ignacia no mejoraba.

Fue entonces cuando en un momento de lucidez, la esclava le encendió una vela a una imagen reconocida como San Pedro y con fe pidió por su salvación, con la promesa de que todos los 29 de junio, ella le agradecería el milagro con lo mejor que sabía hacer: bailar.

El santo cumplió, María Ignacia sanó, y nació una pequeña de cabellos negros a quien llamaron Rosa Ignacia.

María Ignacia cumplió su promesa. Buscó entre sus humildes ropas el mejor de sus vestidos, tejió sus cabellos largos, y tomó en brazos a su pequeña hija, nacida del milagro. Sus hijos mayores le acompañaron a cada lado, mientras que sus compañeros y familiares pidieron a sus amos ropas viejas que ya no usaran para cumplir junto a María su promesa, bajo el ritmo de las maracas y el cuatro.
Prensa Radio Naciopnal de Venezuela
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Ubicacion: Venezuela

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