lunes, 21 de octubre de 2013

Venezuela se compromete a reducir emisiones tóxicas de mercurio


El mercurio es un metal pesado, altamente tóxico, que es liberado al ambiente por la minería artesanal de oro a pequeña escala, combustión de carbón mineral, plantas de cloro soda con tecnología asociada, residuos sólidos y a través de la industria del cemento.

Reducir el uso de mercurio en la elaboración de productos de consumo y derivados de las distintas actividades que afectan la salud humana y los ecosistemas fue el objetivo de la Conferencia de Plenipotenciarios de la Convención de Minamata sobre el Mercurio, convocada recientemente por el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente en Minamata, Japón.
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Los 92 países asistentes al encuentro, entre ellos la República Bolivariana de Venezuela, suscribieron el convenio que obliga a los países firmantes a reducir sus emisiones anuales de mercurio y a promover formas adecuadas de almacenamiento y de eliminación de este elemento altamente nocivo, informó un boletín de prensa emitido por el Ministerio del Poder Popular para el Ambiente (Minamb).

Este tratado es el primero que se firma para regular las emisiones y liberaciones al ambiente de un elemento en particular y ocurre después de 10 años de la firma del último convenio de regulación de químicos.

Tibisay Pérez, investigadora del Laboratorio de Química Atmosférica del Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas (IVIC) y miembro de la delegación criolla que participó en la Convención, informó que la mayor fuente de contaminación por mercurio en todo el mundo, específicamente un 37%, proviene de emisiones a la atmósfera y liberaciones (efluentes líquidos) generadas por la minería de oro artesanal, mientras que un 24% es derivadas de la quema de carbón mineral.

Pérez refirió que los trabajadores y familias que participan en minerías de oro artesanal están expuestos a la contaminación por mercurio de varias maneras, incluyendo la inhalación durante la fundición, es por ello que la Convención reconoció que las emisiones y liberaciones provenientes de estos procesos no son solo un problema ambiental sino que además son de tipo social y “requieren de acciones integrales para solucionarlo”.

En tal sentido detalló que la Convención planteó la necesidad de crear Planes de Implementación Nacionales que se adecúen a las realidades de cada país.

La Convención entrará en vigencia 90 días después de que al menos 50 países y territorios la hayan ratificado. Se espera que el Convenio pueda entrar en vigencia para el 2016. Luego de confirmar este tratado, los países signatarios deben crear legislaciones internas necesarias para cumplir con los compromisos derivados de la Convención.

Por otra parte, de conformidad con las disposiciones del Convenio de Minamata, los gobiernos acordaron prohibir, antes de 2020, la producción, importación y exportación de una variedad de productos que contienen mercurio.

Se pudo conocer que los países deberán acogerse a la prohibición en cuanto a exportación e importación de algunas baterías, interruptores y relés, ciertos tipos de lámparas fluorescentes compactas (LFC), lámparas fluorescentes de cátodo frío y lámparas fluorescentes de electrodo externo, así como algunos jabones y cosméticos y ciertos tipos de dispositivos médicos no electrónicos (termómetros y tensiómetros) que contienen mercurio.

Habría algunas excepciones, como las vacunas en las cuales se utiliza mercurio como conservante y aquellos productos utilizados en actividades religiosas o tradicionales. Por otro lado, los delegados acordaron una eliminación gradual del uso de las amalgama dentales de mercurio.

La Convención tendrá acciones específicas para el sector de salud y se regirá por el principio de las Naciones Unidas de “Responsabilidades comunes pero diferenciadas” en su implementación.

Acciones venezolanas

La República Bolivariana de Venezuela asumió, por decisión del Presidente Nicolás Maduro, el compromiso como país signatario por intermedio de Ministerio del Ambiente, demostrando así la voluntad política de salvaguardar el ambiente y la salud humana.

La investigadora del IVIC señaló que ya nuestro país ha tomado medidas para disminuir el uso del mercurio, las cuales fueron señaladas en el evento internacional por el viceministro de Conservación Ambiental del Minamb, Jesús Castillo Golding, quien fue el encargado de la firma del convenio.

“Venezuela ratificó el compromiso que tiene con el ambiente. Se han tomado acciones para reducir el uso de mercurio, tales como la eliminación del uso de los termómetros con contenido de merc urio en las incubadoras y el uso de mercurio en las plantas de cloro soda del sector petrolero y petroquímico. Ha incorporado estándares muy bajos de contenido mercurial en los bombillos ahorradores y continúa realizando esfuerzos de reducción, reciclaje y almacenamiento en todos los procesos de la industria eléctrica” indicó Pérez.

En ese sentido, dijo, corresponde ahora establecer una estrategia nacional para abordar las necesidades tanto de investigación como de implementación de los compromisos que se tendrán que asumir a la hora de ratificar la Convención.

La comitiva venezolana que asistió a Minamata también contó con la presencia de Genoveva Campos, representante de la Oficina de Asuntos Multilaterales y de Integración del Ministerio del Poder Popular para Relaciones Exteriores; Jorge Arturo Reyes, funcionario de la Dirección de Asuntos Internacionales del Ministerio del Poder Popular para la Energía Eléctrica; Isis Solórzano, miembro de la Consultoría Jurídica del Ministerio del Poder Popular para la Energía Eléctrica; y Bertha Capella, representante de la Embajada de la República Bolivariana de Venezuela en Japón.

Consecuencias en la salud


El mercurio es uno de los diez productos químicos que más preocupación genera en materia de salud pública y una de las sustancias que se dispersa y permanece en los ecosistemas durante generaciones, causando graves problemas de salud y discapacidad intelectual a las poblaciones expuestas.

Hace más de un siglo que se conocen los efectos del mercurio en el sistema nervioso humano. Otros de los posibles efectos son la disminución de las funciones tiroidea y hepática, irritabilidad, temblores, alteraciones de la visión, pérdida de memoria y problemas.

Prensa Agencias/La Radio del Sur
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Ubicacion: Japón

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